EL ANTICRISTO DE PALACAGUINA

 

Es un lector prolífico, como Cervantes—que leía hasta los papeles rotos de las calles—pero él es aficionado a leer hasta los papeles cagados de los cauces y los basureros. Recicla de todo un poco, pero pone especial empeño en los papeles viejos, en los periódicos de ayer que nadie más quiere leer, excepto él, iluminado desde niño. Sueña con fundar un think thank azul y blanco, que saque a Nicaragua del atraso. Su escritor favorito es Nietzsche, pero se siente jalado por Marx y Ernesto Cardenal Escucha trova y rock, le gusta el cine independiente, y es admirador de los asesinos en serie.


--- Ohe chele, ponete capucha, ¿No te malea el gas mierdero? —Le pregunta alguien enmascarado, como un ninja antipartícula, con su propia camisa.

--- No--- Solo voy estar un rato, ya me voy a ir, tranquilo – Le contesta el anticristo sosteniendo en una mano un Libro de quejas, que, como siempre, fue tirado al basurero sin que nadie leyera las quejas o reclamaciones; y en la otra mano, un pliego de papel periódico donde hay ejemplares de EL Nuevo Diario, La Prensa y El Mercurio. Están llenos de una sustancia amarilla.

Es el año 2001, hay una fiebre democrática por todos los ámbitos. Existe, en todo negocio o alcaldía, un libro de reclamaciones. En las escuelas se juega a las votaciones, se eligen presidentes de sección, secretarios y fiscales para gestionar la repartición de leche Klim , y demás delicias dietéticas donadas por los países del primer mundo, En Noruega, seres que gozan del estado del bienestar supremo, apadrinan a niños pobres de Chinandega, Jinotega o Esteli, y le envían regalitos, a través de un organismo no gubernamental que es intermediario en la transacción.

Pero es en Suiza donde vive el padrino del anticristo, que no nació en la pobreza, pero sus abuelos sí. Es hijo de concejales de izquierda y derecha, pactados entre sí por el amor, la ambición y la escatología progresista, que augura la llegada de un punto omega en la humanidad, en el que la ciencia y la técnica, unidas a la evolución de la conciencia colectiva, traerán el paraíso terrenal sin intervención de Dios, porque su mística es un mesianismo profano, centrado en el hombre, el cual un día se encarnará en el Super Hombre.

La ex presidente de Nicaragua tenía sus fractales en escalas más bajas de la sociedad: un homosexual cincuentón que era conocido como “la chamorra” en el El Paraíso, una comarca de occidente, tenía mucha carisma y frescura, era idéntica; una vecina de El cerotal (otra comarca) que era conocida como la Patepalo, ya que falseaba de un pie, tenía el pelo corto, era  chela y popular. Arnoldo, Bolaños y Daniel también tienen seres replicantes en las esferas bajas del cosmos.

Hay fractales de los sexos masculino y femenino, en la escala de la flora y de la fauna nicaragüense, la papaya y el guineo, el melón y el chilote, el mango mico y el mango polla; el gallo y el ganso, la Lora y la culebra, etcétera. Pero nada tan pintoresco como los fractales de la música a escala humana, aunque suene muy literario, algunas canciones tienen su correspondencia en prototipos humanos salvajes: la negra Tomasa, El Viejo del Sombrerón, Gabino Barrera, la Lupita etcétera; todos habitan en Nicaragua y pueden ser vistos en ciertas ciudades, a ciertas horas.

 Es el caso tenebroso del Anticristo, que es un reflejo invertido del famoso Cristo de Palacaguina, la canción estrella de la teología de la liberación en la llamada América Latina. Se le puede ver al Anticristo, a la luz del sol, en los vertederos públicos, y en las campañas de reforestación ambiental, en las riberas de los ríos, sembrando palitos; y en las montañas de las Segovias, tocando la guitarra y fumando porros; por las noches de fin de mes cuando va a Managua, se muestra en los cafés artísticos y los eventos culturales. Los días de luna llena, se corta las puntas del cabello para que le crezca más fuerte: es peludo y es uñudo.

 Sodomita no es. Es invertido sólo por el hecho de que odia al cristianismo, detesta a su hermano gemelo, y se lamenta de  haber nacido en Palacaguina; no quiere ser guerrillero, quiere vivir de la cooperación internacional y ser un intelectual renovador de sistemas, un formador de corrientes, un profesor de energía. Desde muy chiquito se lo llevaron a vivir a Costa Rica, vivió una temporada en Cuba, en Berlin,  pero ya grande su vida transcurre entre Managua y Estelí, y hace giras técnicas por toda Nicaragua.

  Después de haber sido electo presidente de su sección en preescolar, así como de todas sus secciones de primaria y secundaria, fue nombrado presidente de una confederación de jóvenes ambientalistas con tintes vegetarianos y progresistas.

Los discursos del anticristo están cargados de perplejidades que nadie entiende entre la indiada de los departamentos, pero no se atreven a contradecirlo porque él es el que tiene los contactos en Suiza y en Managua, por él es que llegan las pequeñas donaciones. Por eso le gusta más permanecer en Managua, tiene un tío en Villa Fontana.

Tiene la habilidad de transformar los eventos, ya sean bodas, bautizos o cumpleaños, en un cabildo político y de estadísticas. No se comporta como un cristiano, cuando nace un niño, declara luto en su organización—el anticristo es antinatalista--. En los cumpleaños, le dice a sus amigos: “Perdón lo siento mucho”, con una risa nerviosa.  El anticristo no es autista pero a veces lo parece. Al contrario, posee la misma elocuencia de  Damian, el de la película la Profecía, es super inteligente para recordar fechas y eventos históricos. Sin embargo, en los velorios es otra cosa. Ahí, entre el café negro, la sopa de frijoles y las lágrimas de los dolientes, sus frases rozan la blasfemia. Llega con su boina ladeada, con su bolso de fibras recicladas y con la bandera de su organización. La despliega como si estuviera izando un estandarte en territorio conquistado

—Gracias por su pérdida —dice solemne, inclinando la cabeza.

Los familiares lo miran con incredulidad y censura

—La muerte también es una forma de revolución —murmura, más para sí mismo que para los demás.

Y antes de que lo turqueen, se marcha. Su casa, que fue construida con fondos europeos, está localizada en las afueras de la ciudad, no hay vecinos, es una finca rodeada por la naturaleza, al lado de donde se cruzan dos ríos, que según dice el Libro de San Cipriano, es un lugar propicio para hacer brujerías. Pero el anticristo no cree en lo sobrenatural todavía. Todavía no cree en sí mismo.

 

 

 

Antes de abrir el enésimo libro de quejas que rescató de la basura, hace la siguiente reflexión en voz alta.

Si Dios supuestamente dejó el sacramento de la confesión para que sus hijos pudieran expresar sus pecados y buscar la salvación. Entonces ahora que los confesionarios están vacíos gracias a los curas afeminados. ¿Quién deja los buzones en las instituciones públicas y en los negocios para que los pobres expresen sus demandas, sus protestas, sus ambiciones, sin que nadie los lea, y para que terminen casi en el fuego eterno, de no ser que yo, su noble redentor sobrehumano, los salve de las llamas?

--- Es la  ONU hermano--- Le responde su hermano gemelo, el Cristo de Palacaguina, que sí quería  ser guerrillero, pero su malformación congénita se lo impidió, es tullido desde el vientre materno, pero lleva una buena vida, es secretario de cierta confederación de cristianos gays, vive postrado entre una hamaca y una silla de ruedas eléctrica. El anticristo lo odiaba desde la placenta, absorbía todos los nutrientes y todo el oxígeno, quería venir al mundo solo. El anticristo de Palacaguina odia a su hermano, pero ha aprendido a soportarlo. Le dirige una mirada de reprobación. Y se va al fondo del patio.

Y empieza su extraño rito, lee una por una aquellas quejas, recicla las más importante en su mente y en su libreta.  Enciende un fuego y, arroja los papeles a las llamas. Ve cómo se retuercen, cómo la tinta de la desesperación se desvanece en el aire, cómo las palabras quedan reducidas a ceniza.

—Ya están confesados—Murmura en voz baja.

Y esto lo repite todos los meses. He recorrido casi toda Nicaragua escuchando los clamores de la sociedad civil, se sabe todos los sueños de la población, conoce todas las ambiciones de las mujeres, de los cochones, de los machistas, de las prostitutas y de los gigolos. El anticristo conoce el alma de la ciudadanía. Se traga todo el humo dulzón, amoniacal y sulfuroso que emanan los papeles con mierda, cuando son incinerados, y comprende su cuál es su verdadera misión en el mundo, más allá de sacar a Nicaragua del atraso, más allá de fundar un laboratorio de ideas que incidan en el futuro, más allá de renovar la religión de sus padres, de ser un renovador sandinista.

 Su verdadera misión es de orden sobrenatural.

 Además del laboratorio de ideas, del Think Thank criollo con sede en Managua, el anticristo se  va a dedicar  a escribir un libro que se llama El libro de la Muerte, con todo lo que ha leído en los libros de las quejas, empieza a escribir allí los nombres de las personas más ambiciosas que ha conocido, junto con sus biografías y las fechas de sus muertes. Allí estaba hasta el Elon Musk nica y la Shakira nica .

Pero no lo pudo terminar. Se murió de hepatitis un año después de su hermano, que se había muerto de sida en el 2004.


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